Todo en palabras

Hablar, decir y no decir… Entre la lingüística y el sentido común

Gran parte de los significados que producimos e interpretamos al usar el lenguaje se origina fuera de las palabras mismas.  Lo que queremos decir es, en parte, lo que decimos y en parte, a veces decisiva, lo que no decimos pero está implicado en lo que decimos… ¿Confuso? Un poco pero no tanto, que es lo mismo pero no es igual…

Por ejemplo, pensemos en una conversación cualquiera, donde los actores en una situación dada intercambian secuencias de lenguaje.

En todos los casos, indenpendientemente del idioma,  el uso lingüístico está regulado de tal manera que hace posible que los hablantes no sólo decodifiquen oraciones, sino que infieran el sentido y la fuerza de los enunciados en que aparecen las oraciones. Esto es, agreguen alguna parte de significado a través de elementos no verbales como el tono, la mirada, los gestos, la relación que existe entre ambos y una infinidad de factores que influyen en cada uno al momento de participar de una conversación (su historia de vida, su cultura, su estado de ánimo, sus estado psicológico o mental, las asociaciones que hace inconscientemente mientras escucha o habla… el universo!). Todo, absolutamente todo, atraviesa el espacio y la situación conversacional.